jueves, 14 de junio de 2012

RUTA ABRIL DE 2012. "DE SEGART A SANT ESPERIT"

RUTA ABRIL DE 2012


"DE SEGART A SANT ESPERIT"



Datos de la ruta
Día: 29 de Abril de 2012
Localidad: Segart
Distancia: 12 km.
Altura Maxima:400
Altura Mínima:180 metros
Dificultad: media.

Este año, creo que todos estaremos de acuerdo, en que hemos bajado en kilómetros pero hemos subido en número de amigos.... creo que la balanza se inclina hacia el lado correcto, pero no es menos cierto que este grupo necesita de rutas como esta, que pongan un poco a prueba la capacidad del mismo, las ganas de caminar, de perder algo de resuello, de disfrutar cuando la senda se inclina hacia arriba...

Por eso, y teniendo claro que podría ser la última ruta del año -ya que este año tenemos la Masía en Mayo y en Junio no solemos salir a caminar-, programé una ruta un poco más exigente ya que aunque el kilometraje no fuera elevado, unos 12 Km, el desnivel acumulado sí, y quería que sirviera como colofón a la temporada.

Además, si he de ser sincero, creo que era uno de los pocos recorridos del GR-10 que atraviesa la Calderona que no había hecho, y le tenía ganas. Máxime cuando la zona que rodea el Municipio de Segart es de las más bellas de la Calderona, y aunque habíamos subido a la montaña más emblemática del lugar -recordemos la Mola-, este tramo del GR no lo conocía. Mirando un poco más allá, el tramo que transcurre desde Sant Esperit hasta el Picayo no lo hemos hecho como grupo, y es otra ruta que posiblemente el año que viene podríamos realizar. Tiempo al tiempo... aunque hemos salido fuera -Espadán, Peñagolosa, Ademuz...- básicamente hemos recorrido Calderona. Y lo bueno del tema es que ¡todavía quedan muchos rincones por descubrir..!


La pista nos llevó, siempre bajo las marcas del GR-10, hacia la Font del Campaner, lugar del que en otros tiempos manaba agua con propiedades medicinales. Tras sobrepasarla comenzamos a ascender hacia un collado donde hay un cruce de pistas que recordamos, por las salidas en bicicleta y otra excursión de las de hace años, hacia la izquierda nos llebava al Xocainet -nuestro "primer piquito"- y la Redona.

Pero nosotros seguimos hacia la derecha, coronando y admirando el espectacular paisaje que nos brindan estas modestas pero exigentes montañas.


Una de las anécdotas de este ruta fue que Angel le dijo a unos amigos que venían con niños muy pequeños que podrían venir sin problemas, que existía un coche esperándonos bajo en Santo Espíritu y desde allí se podía subir sin problemas en coche de nuevo a Segart, haciendo la ruta mucho más llevadera. No sé de quien fue la culpa, pero Angel tenía la información equivocada. Evidentemente en Sant Esperit no había coche alguno... lo cual dejó boquiabiertos a los citados amigos que habían venido con sillas, capazos -sí habeis leido bien, capazos- de bebida, comida, niños pequeños... En fin, tras unos minutos de titubeos decidieron venirse con nosotros y, la verdad, los que llebavan el capazo con las bebidas fueron los que mejor se lo pasaron...

En fin, tras el collado vino la bajada, por una senda espectacular, donde sólo cabe una persona y el matorral te rodea, dando paso a un espacio diáfano, flanqueado por plantas aromáticas y la figura blanca del Monasterio en la lejanía. La bajada fue muy bonita pero todos -especialmente el grupo que venía más "cargado"- agradecimos la llegada a la fuente del "Beato Nicolás Factor".

 

Aquí tenemos a varias de las chicas con "Sergio Dalma", después de interpretar a coro "Bailar pegados". La verdad es que el amigo, que no recuerdo bien como se llamaba, se íntegró fenomenal en el grupo y ni a la subida ni a la bajada -era uno de los porteadores de la bebida- tuvo ni un mal gesto, ni una mala palabra, incluso estuvo ayudando allí donde pudo, así da gusto la verdad.
La vuelta fue definitiva, después de las viandas resultaba más duro ascender por el mismo sitio, pero eso no supuso problema alguno, cada uno a su ritmo fue ascendiendo metros hasta llegar al primer collado. Bueno, reconozco que a alguno/a se le atragantó un poco la vuelta, pero es que la comida no había sido frugal y el calor comenzó a hacer acto de presencia mientras la senda serpenteaba hacia arriba.
 
 
Pero como todo su principio tiene su final, la fantástica excursión culminó mientras fuimos llegando alternativamente al pueblo de Segart, observador impasible de nuestras dos últimas rutas. Al pueblo y al bar, evidentemente, en el que dimos buena cuenta de los "cremaets" y resto de bebidas que demandaba nuestro cuerpo para hidratarse después de los kilómetros recorridos.
 
Un saludo a tod@s y hasta la próxima.
 
Manolo.

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